Hermanas murieron en accidente de garrucha en el Tolima
Las hermanas Diana Marcela, de 19 años, y Yessica Paola Repizo Yunda, de 23, quienes residían con sus padres en vereda El Oasis Alto, zona rural de Planadas en el departamento del Tolima, perecieron en un accidente, cuando se desplazaban a través de un singular medio de transporte, una Garrucha.
Las victimas subieron a la canasta que se mueve por un cable de acero y en la mitad del trayecto algo ocurrió y cayeron desde una considerable altura. Caída que les provocó lesiones mortales.
Diana Marcela fue encontrada sin vida en el sitio de los hechos mientras que su hermana fue llevada a la vereda El Oasis Alto, desde donde fue trasladada en vehículo al hospital de Planadas, pero falleció por los golpes y heridas en todo su cuerpo.
“Nos informaron del accidente de la garrucha en la vereda la Aldea, pero al llegar a Oasis Alto nos encontramos con un carro que traía a las dos jóvenes que sufrieron el accidente. También llegó personal de ambulancia, quienes evidenciaron que una de las víctimas ya no tenía signos vitales. Las trasladamos hacia la morgue en el carro de bomberos, mientras que a la otra la llevaron al centro asistencial”, señaló Yicela Vargas, comandante de Bomberos de Planadas.
La Garrucha
Mientras que en algún lugar se usa la tecnología para viajar de turismo al espacio, en los municipios colombianos aún se usa una tecnología de la década de los 50 del siglo pasado para viajar o llevar carga entre montañas, cruzar grandes y pequeños ríos. Sí, se trata de la Garrucha, un medio de transporte que fue de gran utilidad en los años 50, para acortar distancias o superar obstáculos de la geografía nacional. Es algo similar al cable aéreo que se utiliza en las grandes ciudades, pero construido de manera rudimentaria, en la mayoría de los casos, los extremos de la línea de acero están asegurados en el tronco de grandes árboles. La Cabina es una simple canasta construida con tubos y madera, obviamente sin seguridad.
Aunque su uso es para el traslado de los productos del campo y los víveres que requieren los campesinos para sus sustento, en algunos casos sirve de medio de transporte, especialmente de enfermos, ancianos o mujeres, a quienes se les dificulta caminar grandes trayectos.
Ese es el reflejo del abandono, al que se ha sometido a la población campesina colombiana, que solo ve el desarrollo cuando viaja a las ciudades capitales. En sus veredas, pareciera que el tiempo se hubiese congelado, en el mejor de los casos, se ha trazado carretera, pero sin mantenimiento.
La suerte que tuvieron las hermanas Repizo Yunda es la misma que enfrentan centenares de hombres, mujeres y niños en toda la geografía rural Colombiana.